Qué pasa cuando no pasa nada
La actividad mañanera del segundo día de julio transcurre con bastante normalidad. La gente está alborotada por los preparativos vacacionales y los móviles suenan, hasta que, a medía mañana, la pantalla se funde a negro. En un pensamiento ridículo crees que, por un despiste, la batería se ha descargado. Buscas un enchufe y, con la ingenuidad que te caracteriza, piensas que el problema termina ahí. Pero no, introduces el PIN y en la pantalla aparece la palabra erróneo. Lo intentas de nuevo y el mismo mensaje. Entonces decides ponerte en contacto, a través de otro teléfono, con la compañía Orange.
Muy amables, reafirman tu PIN. Lo introduces y ¡zas! el mensaje de erróneo. Vuelves a llamar a la compañía. Te dan nuevas indicaciones y el PUK, porque con toda seguridad algo extraño pasa con el PIN. En esa absurda conversaciones que estas manteniendo con empleados de la compañía, se te ocurre la idea de preguntar si este suceso es fruto de una tormenta solar. La respuesta de la empleada es, "es posible, pero no es su caso". ¿Mi caso?, ¿cómo sabe ella que no es mi caso?, porque después de muchas vueltas y tras varias conexiones, porque el PIN se mantiene erróneo, te envía a una tienda Orange porque tu tarjeta se ha descodificado. ¿Por qué?, si hasta el mediodía funcionó como un reloj.
Decides tomarte la vida con filosofía y dejas de intentar comprender el por qué de las compañías de telefonía móvil, y piensas en esa agenda que ya no tienes en papel y que la necesitas como el comer, porque la vida de hoy se resume en mundo de contactos. Así que te acercas a una tienda Orange, donde una chica muy amable intenta arreglarte el problema. Ah! la tarjeta es dual, es decir de empresa y personal, y no puede hacerte un duplicado. Llama, pero no está autorizada. Entonces te enteras que en esas tiendas hay personal autorizado y otros no. El problema es que esta ella sola y la persona autorizada, no se sabe. En la tienda no.
Se te enciende la neurona y le dices "llama a la persona autorizada y hazte pasar por ella". Menos mal que la trabajadora acepta. Se hace pasar por ella y todo arreglado. Entonces, llega otra clienta con un problema similar. Entonces, de nuevo en ese arranque de ingenuidad que te caracteriza, insisten en lo de la tormenta solar. La trabajadora le sale una risita nerviosa y sales de la tienda pensado ¿qué pasa cuando no pasa nada?, ¿acaso las compañías de telefonía móvil tienen alguna responsabilidad ante un fenómeno de estas características? Porque algo pasa cuando no pasa nada.
Mi nombre es Dora y me he reído mucho, lo triste es que es una realidad cotidiana en el trasporte ferroviario en Asturias. Estoy convencida que si fuera Bárcenas, Urdangarin, Blesa.... el billete les saldría gratis :)
ResponderEliminarSerá roña el revisor...
ResponderEliminarY lo mal que lo paso ella. Creo que el revisor tenía un subidón de misoginia.
EliminarVaya pesadilla. Si tengo que estar más de una hora en un ascensor encerrada y desnuda, me la claustrofobia que sufro me da algo, prefiero enfrentarme al fantasma
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