Seudos banqueros, empresarios, políticos y medios de comunicación adeptos se han unido en una simbiosis sin precedentes para detener el avance de jueces inclasificables. El trasiego de cuellos blancos y gemelos de oro por los juzgados y módulos carcelarios, se está convirtiendo en un bochornoso espectáculo a los hasta ahora intocables de la élite española. El Estado tiene miedo porque son ellos los que están plasmando en sus escritos la realidad social de una España oculta bajo las alfombras del poder político, económico y mediático. La España corrupta y deseal hacia los ciudadanos.
No pasan por alto los motivos que impulsaron la Revolución francesa y el primer Robespierre, abogado y jurista, defensor de los más desposeídos. La historia es una enseñanza y los 'simbióticos' antijueces conocen las consecuencias de la exaltación popular. A estas alturas no hay institución que no esté tocada por los casos de corrupción, mientras los ciudadanos pagan los platos rotos de sus desmanes. Es lógico pues, que la tan poco mimada ciudadanía, deposite toda su confianza en estos jueces 'locos', que no se pliegan a las llamadas del Ministerio de Justicia, ofreciéndoles retiros de oro en el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo o en el Tribunal Constitucional.
La mejor defensa es un buen ataque, y nada mejor que una campaña de desprestigio de un colectivo que no acepta el caramelo de la puerta del colegio.
El juez Silva, el del 'caso Blesa' -el rey caído de Caja Madrid, amigo personal del ex presidente Aznar- está 'loco', es un irresponsable con pasado oscuro y hasta puede que haya prevaricado.
El juez Castro, el del caso Urdangarín -el duque En Palma Do, marido de la Infanta Cristina y yerno del rey de España- osa hacer juicios de valor durante la instrucción del caso y hasta puede que cometa falsedad.
El juez Ruz, el del caso Gürtel -los chanchullos de Bárcenas, tesorero del PP en los gloriosos años noventa y parte del inicio del año dos mil, y la implicación del entonces marido de Ana Mato, la ministra de Sanidad Ama de casa 'yo no me entero', entre otros- es de izquierdaderecha y quiere convertirse en un juez estrella al estilo Garzón.
El juez Pedraz, defensor de la plataforma rodeaelcongreso, es un 'perroflauta' afín al movimiento 15M.
Vamos, que todos quieren hacerse famosos a base de enjuiciar a banqueros, empresarios y políticos, y aprovechando su estatus, se están convirtiendo en las únicas figuras que pueden controlar el poder, sacando a la luz los abusos en los que ha incurrido la élite de España. Este Estado temeroso de que las televisiones de plasma reflejen la realidad social, política y económica, ha decidido que es mejor cortar la cabeza de Robespierre y terminar con estos 'locos' populistas del maquiavelismo antes de que la cosa vaya a mayores.
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