La sola idea de que vives del dinero que día a día me desgravan por mi trabajo, me provoca del desazón que cuando me levanto cada mañana pienso en qué cómo puedo dejar de pagar. Sé que eres rico, pero te gustan los privilegios que te da la casta política y una carrera que te garantiza el sprint final de tu jubilación. Mientras, a la cuneta de tu política caen jóvenes, mayores de cuarenta años y mujeres desahuciadas que se ven obligados al desempleo o a vivir con cuatrocientos euros porque tú no sabes cómo dirigir este barco.
Hubo un tiempo que este país era de oportunidades, pero por una extraña razón te empeñaste en que vivía por encima de sus posibilidades. ¡Qué absurdo slogan! vivía como cualquier europeo. Su casa, sus vacaciones, sus hijos estudiando en respetables centros públicos, con sus becas, con su sanidad envidiable, con su alimentación sana, con sus coches, y con un trabajo que abría la posibilidad de crecer e incluso de ser llamado por empresas competitivas de nivel internacional. Todos consumían en el mercado de la felicidad. ¿Quien eres tú para que decidas que esto significa vivir por encima de las posibilidades!, cuando viajas en coche en oficial, vives en una casa pagada y tu sueldo sale de mis impuestos.
Desde que has llegado al Gobierno, hace ahora año y medio, tú única obsesión es que no se visualice la llegada de los fantasmales 'hombres de negro'. No se ven, pero están. Has convertido tu vida en una publicidad engañosa y hay que reconocer que tiene su mérito. Para desviar la atención de su presencia, tienes al Floriano -que por cierto deberías despedirlo, porque cada vez que habla te hunde-, al Pons que es el Coyote de la serie Correcaminos y la Cospedal ¡qué no tiene precio!
¡Oh!, la Merkel. Tu amiga natural y a la que todos escupimos como enemiga pública. Has dejado que Grecia sea la vanguardia de nuestros males. ¡Fijaros ciudadanos y ciudadanas en nuestro vecinos!, sino no hacemos lo que ella dice, nos aniquila. Has logrado que nuestro odio se centre en una teutona, que nos importa nada, mientras te vas de rositas. No querido Mariano, tú eres responsable de lo que está pasando en España, del desempleo y del empobrecimiento de este país. ¿Cómo puedes dormir?
Al día de hoy, ¡y mira que me esfuerzo!, no sé qué quieres hacer con España. Como buen gallego no me hablas con claridad, por los tanto intuyo. Las pequeñas y medianas empresas no tienen créditos de los bancos a los que has dado miles de millones de euros para salvarlos o ¿me estoy equivocando? Este mes de julio de 2013 un amigo ha cerrado su empresa porque no podía seguir, las deudas de clientes le ahogaron. Has diseñado un país de autónomos a los que has traspasado la responsabilidad de mantener el estado de bienestar. ¿Cómo?, si ni siquiera les das seguridad de futuro.
Dado tu carácter, has metido en el mismo saco a las mujeres. El recorte de derechos lo entiendo. Un hombre como tú, ¡que va esperar de ellas! Mejor que se busquen marido, que cumplan con su misión de buenas amantes y se dejen de ser la columna vertebral de la economía familiar. Pero mira Mariano, las mujeres de este país ya se quitaron el sujetador en público y no quieren volver a los fogones sin ser reconocidas, a pesar de los intentos de tu ministro de Justicia, el nuevo Torquemada de España.
Mi pregunta es muy sencilla, en esta España sin sentido ¿que haces? Has comparecido por el 'caso Bárcenas' y lo que ha quedado es que has reconocido que 'me equivoque'. Yo añado ¿y?. Mariano, en mi larga trayectoria sé que el PP ha pagado en sobres, no sólo a dirigentes sino también a periodistas, campañas electorales, ha prometido puestos de trabajo y hasta tertulianos.
a estas alturas del guión que has diseñado para España, me importa el dinero que has recibido de mis impuestos, pero también ¡qué carajo estas haciendo con este país y sus ciudadanos y ciudadanas! Y como al amante que no habla claro, te doy las razones por las que no te quiero.