Lo que voy a narrar me parece un escándalo, y me da que pensar. Voy a contar algo que sucede cerca de mi entorno, por lo que no quiero dar nombres, pero supongo que además es representativo de lo que está pasando en este país.
Dos mujeres, las dos sin trabajo, una de ellas consigue trabajo en un restaurante, 11 horas de jornada. Habla con su jefa y le dice, me pagas la mitad y así contratas a mi compañera. Las coge a las 2, así que este empresario o empresaria, tiene a 2 empleados trabajando 11 horas diarias cada una, por el coste de un trabajador, lo cual ya me parece grave, pero lo que me escandaliza, es que ya llevan un tiempo trabajando y no les han hecho ningún contrato.
Cuando me lo cuentan y propongo (suponiendo que tengan miendo a perder el trabajo), hacer una llamada anónima a inspección de trabajo (porque me olía que no se iba a denunciar), cuál será mi sorpresa, me dicen que voy a fastidiarles el trabajo, y que ahora es "lo que hay" y hay que aceptarlo.
Sigo dándole vueltas de cómo hemos llegado a esta situación. Aquí hay dos cosas:
- Primero, el miedo del trabajador, además se está trabajando por tan poco dinero y se está haciendo aquello que se le achacaba a los inmigrantes, estamos cediendo nuestros derechos, los estamos regalando, y nos estamos olvidando del esfuerzo de tantos y tantos trabajadores que pelearon y muchos dejaron sus vidas por tener mejores condiciones laborales. ¿Cómo puede ser? cómo no nos concienciamos de que nos estamos abandonando, y,
- Segundo, qué clase de persona es el jefe o la jefa de este caso. Tiene que ser una persona rastrera, sin ninguna moral, ésto es la base de la sociedad, la base de la pirámide, cómo no va a actuar de forma amoral, deshonesta y sin honor ninguno la base cuando la cúpula está podrida. La élite de esta sociedad debería dar ejemplo de honestidad, de honradez, de ética y ser ejemplo para el resto, para la base de la pirámide.
Cómo no tomamos conciencia de lo que está pasando y que tenemos que renovar los valores, cómo hemos llegado a esto. Hay que volver a coger la bandera de una nueva ética donde no se explote a la gente, no se quiten los derechos de las personas. Yo puedo entender el miedo del trabajador, sobre todo si necesita algo de dinero aunque sea poco para poder vivir, pero lo que no puedo entender que nuestros políticos, nuestros empresarios, nuestros dirigentes, sean deshonestos, porque se corrompen a ellos y corrompen a toda la sociedad con su ejemplo.